Ser padre no es fácil. No existe un camino lineal por el que transitar. Siendo ya un proceso difícil, cuando descubrimos que nuestro hijo tenía retraso en el habla, nos resultó aún más difícil afrontarlo. Éramos padres primerizos y no sabíamos qué hacer. Los hijos no vienen con una guía sobre qué hacer o esperar, así que tuvimos que hacer nuestra propia investigación y ver si otros padres tenían una experiencia similar.

Nuestro hijo no era como los demás niños: no hablaba y su contacto visual era mínimo. Logramos una derivación de nuestro pediatra para que lo evaluaran para el programa de Intervención Temprana. Fuimos aprobados y tuvimos visitas a domicilio y sesiones semanales con varios terapeutas. Fue abrumador, pero valió la pena. Mi hijo comenzó a recibir sesiones de terapia en casa cuando tenía un año y medio y siguió recibiendo terapia en el distrito escolar cuando cumplió 3 años. También le diagnosticaron autismo. Ahora tiene 5 años y puede comunicarse con nosotros.

Estamos agradecidos a todos los terapeutas que nos atendieron en el pasado y a los actuales, y a todas las demás personas que estuvieron dispuestas a brindarnos una mano para ayudarnos a transitar este proceso. Una comunidad colaborativa es muy importante y útil para nuestros niños, que son el futuro de nuestro país.

Una foto de un adulto y un niño con galletas en las manos. Una cita de la historia está al final. El mapa de Illinois con una región resaltada en azul está a la derecha.
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