Cuando mi hijo cumplió dos años, no estaba alcanzando sus objetivos, y nuestro pediatra sugirió la Intervención Temprana. Desafortunadamente, nos pusieron en una lista de espera por varios meses hasta que un terapeuta estuviera disponible para trabajar con él. Eventualmente estuvo disponible una excelente terapeuta del desarrollo, pero incluso ella estuvo de acuerdo con que nuestro hijo necesitaba más ayuda de la que ella le podía brindar. Estuvimos de acuerdo en que la terapia del lenguaje junto con visitas a un terapeuta ocupacional sería lo más beneficioso, pero no había ninguno disponible.  
 
A todos los involucrados en la atención de mi hijo les preocupaba que pudiera tener autismo. Nos derivaron a un pediatra del desarrollo, pero eso también requería de una larga espera. Pasaron los meses y nuestro hijo fue aplazado. Nunca lo habían visto. Los cuestionarios por correo electrónico no diagnostican el autismo. Estábamos de nuevo en donde empezamos. Dos meses antes del 3er cumpleaños de mi hijo, conducimos hasta el Riley's Childrens Hospital para una prueba de detección de autismo, el cual, sin ninguna sorpresa, confirmó su autismo. Recibimos 6 meses de Intervención Temprana antes de que finalizara cuando cumplió 3. A los 3 años de edad, mi hijo aún no se comunicaba verbalmente y no podía seguir indicaciones de un solo paso y le costaba trabajo el comunicarse todos los días.  

La intervención temprana nos dio una rápida y ágil introducción a la Educación Especial en donde ahora recibe algunos servicios. La terapia del lenguaje, que es la más importante, a menudo se imparte en sesiones grupales y es completamente virtual. Me siento agradecida por lo que he recibido y, especialmente, porque Intervención Temprana ha hecho todo lo que ha podido. Aunque mi hijo merece más. Estamos en proceso de finalmente poder ver a un terapeuta del lenguaje y recibir terapia del lenguaje y alimentaria, pero aún faltan un par de meses de espera. Para entonces, mi hijo tendrá 3 años y medio. El tiempo no ha estado de nuestro lado. Sentimos que estamos desperdiciando el periodo de desarrollo más crucial de su vida.  

Esta área necesita más servicios y recursos para los niños con autismo. Prácticamente casi no hay terapeutas del lenguaje y terapeutas ocupacionales. No podemos depender de que las escuelas, que ya de por sí están escasas de personal, hagan todo el trabajo por nuestros hijos. Ellos merecen más.

Un gráfico de la familia Wilson: dos adultos y dos niños sonriendo para una foto. El mapa de Illinois con una región resaltada en azul está en el fondo. Una cita de la historia se encuentra en la parte inferior del gráfico.
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Hijo con necesidades especiales sin ningún servicio – por anónimo

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